
El objetivo de este chip es simular las reacciones químicas en una célula, teniendo en su diseño, un canal destinado a llevar fluidos con un volumen de 9.6 nanolitros. Si una medicina es vertida en algún fluido sobre este canal, esta será oxidada separándola en diversos componentes. Y es aquí donde viene la magia, pues haciendo uso de variaciones en el voltaje en electrodos minúsculos, las reacciones químicas pueden ser controladas.
Actualmente se está utilizando para probar vacunas contra la malaria usando amodiocaína, lo cual si, las pruebas resultan como el Doctor Mathieu Odijk espera, podremos ver grandes avances en la investigación contra esta enfermedad.